Antes de empezar… dos aspectos importantes:

  1. La sexualidad humana es bien distinta a la reproducción humana, aunque hay quien piensa que se hace de la misma manera.
  2. La parte más importante de nuestro cuerpo para disfrutar del sexo se sitúa por encima de los hombros.

Dicho esto… entonces ¿qué es un problema sexual? Bueno, esta es una cuestión nada fácil de resolver dado que no hay un criterio único. Los términos “normal” y “no normal” en sexualidad están cargados de valores y estos valores, presentes en la diversidad de grupos humanos, en las variables culturales, en los avances científicos y tecnológicos; cambian a gran velocidad, como tantas otras cosas en nuestra sociedad.

La parte más importante de nuestro cuerpo para disfrutar del sexo se sitúa por encima de los hombros.

En nuestro equipo consideramos que el criterio más adecuado para la consideración Problema – No Problema en el área sexual es la dimensión Satisfacción – No Satisfacción. Esto quiere decir que una persona tiene un problema sexual cuando sus relaciones, sus necesidades, sus deseos, en resumen, su vida sexual no es gratificante, no está satisfecha con ella. La infelicidad, el malestar, la insatisfacción serán la señal de alarma que nos debería mover a pedir ayuda profesional.

Esto se hace extensivo a la pareja porque el bienestar individual se hace más placentero si se comparte, de manera que nuestra propia satisfacción sexual se vería afectada negativamente por la ausencia de una gratificación similar en la persona con la que compartimos tantas otras cosas.

Vamos a tratar de exponer a continuación una rigurosa clasificación de los trastornos sexuales. Para ello trataremos de no usar tecnicismos innecesarios, y no haremos una descripción detallada de disfunciones y parafilias de nombres complicados y escasos casos reales.

  • Trastornos del deseo sexual: En este caso tenemos deseo sexual hipoactivo, es decir bajo deseo sexual y trastorno por aversión al sexo, cuando se rechaza cualquier contacto o cualquier actividad relacionada con el sexo.
  • Trastornos de la excitación sexual: Aquí podemos diferenciar entre el trastorno de la excitación sexual en la mujer, lo que antiguamente se llamaba frigidez y que consiste en la falta de respuesta adecuada ante un estímulo sexual y el Trastorno de la erección en el hombre, la mal llamada impotencia, que actualmente describimos como disfunción eréctil.
  • Trastornos del orgasmo: Que en el caso femenino se basa en la imposibilidad para conseguir el orgasmo y en el Trastorno orgásmico masculino tenemos, por ejemplo la eyaculación retardada, que se trata de un exceso de control involuntario sobre el reflejo eyaculatorio y la Eyaculación precoz, que es prácticamente lo contrario al anterior, es decir, la falta de control voluntario sobre el reflejo eyaculatorio.
  • Trastornos sexuales por dolor: Aquí podemos hablar de Dispareunia o dolor en el coito por muy diversos motivos (muy frecuentemente por falta de lubricación) y del Vaginismo, que es la dificultad o imposibilidad de penetración por espasmo de los músculos vaginales que guardan la entrada.
  • También existen los trastornos sexuales debidos a una enfermedad médica y que van desde enfermedades neurológicas, como endocrinas, vasculares.. y que provocan algunos de los trastornos que hemos expuesto anteriormente.
  • Parafilias: Aquí englobamos distintos tipos como Exhibicionismo, Fetichismo, Frotteurismo, Pedofilia, Masoquismo sexual, Sadismo sexual, Fetichismo travestista, Voyeurismo…
  • Trastorno de la identidad sexual: que se puede dar en la niñez, en la adolescencia o en la vida adulta, cuando se experimenta un acusado malestar con la propia identidad sexual.

Una vez vista toda esta clasificación, ¿CÓMO SE REALIZA LA TERAPIA?

El terapeuta seguirá unos pasos que podrían resumirse en:

  • Crear una buena relación terapéutica: Hablar de nuestra sexualidad produce pudor y crea una situación tensa e incómoda. Un profesional con experiencia conseguirá que este momento de apuro se convierta en un momento de liberación, porque la persona se va a sentir comprendida, no juzgada y apoyada para el cambio.
  • Evaluar cuáles son los factores que originan y mantienen los problemas. Hacer un análisis exhaustivo de todas las variables que intervienen en el origen y en el mantenimiento del problema, formular hipótesis explicativas y someterlas a prueba hasta poder confirmarlas.
  • Explicación pedagógica de por qué ocurren y se mantienen los problemas. En un tema como el de la sexualidad humana todavía causa asombro la cantidad de desinformación que existe. Los mitos y las creencias erróneas están tan extendidos que una explicación profesional y adecuada a cada caso es muchas veces suficiente para lograr un gran avance en la resolución del problema.
  • Marcar unos objetivos a alcanzar mediante el tratamiento: De acuerdo con las características individuales, con los deseos personales y siempre de mutuo acuerdo terapeuta-paciente.
  • Diseñar un tratamiento adecuado a las necesidades y peculiaridades de cada persona tanto para resolver los problemas presentes como para realizar una labor de prevención sobre futuros problemas.
  • En la parte final, diseñar un programa de prevención de recaídas y de mantenimiento de los logros alcanzados en la terapia.

Si piensas que tu vida sexual no es satisfactoria, probablemente no lo sea. El paso del tiempo no va a solucionar las dudas ni el problema. Te mereces una oportunidad de cambio.

Y, como siempre, si necesitas aclaraciones o tienes preguntas, no dudes en contactar con nosotros.